Tecnología de los ascensores domésticos
Los Ascensores Domésticos se impulsan mediante un sistema que combina la tecnología neumática y el vacío
La tecnología neumática es aquella que utiliza el aire para transmitir la energía a un objeto y moverlo
Se produce cuando en una cavidad la presión es menor a la atmosférica. La consecuencia inmediata de esa diferencia de presión es que los objetos se desplazan hacia la zona de menor presión.
En Elevadores Neumáticos aprovechamos la combinación de estos dos principios para generar movimiento. Más concretamente, lo que hacemos es extraer aire de la zona que nos interese. Al extraer el aire, se produce una disminución de la presión. Esta disminución de presión provoca un vacío. Y es el propio efecto del vacío el que hace que los objetos se muevan.
Los Ascensores Domésticos se elevan por una combinación de las reacciones físicas que se producen al crear vacío a través de tecnología neumática
Todos los modelos de Ascensores Domésticos ENI están fabricados en aluminio y pilocarbonato.
El policarbonato es un material ligero y fácil de trabajar que ofrece una rigidez y resistencia a los impactos impresionante. Además es muy resistente y duradero, aguanta bien el calor y es aislante. Si a ello le unimos una transparencia del 90%, vemos que es el material perfecto para fabricar el tubo y la cabina de nuestros Ascensores.
El Aluminio necesita menos presentaciones ya que todos lo conocemos. En un principio nuestros ascensores combinaban acero y aluminio. Con el paso del tiempo hemos ido evolucionando el producto… Hasta nuestros modelos panorámicos que prescinden del acero por completo.
El aluminio tiene una rigidez más que suficiente y su flexibilidad le hace perfecto para conservar el vacío. Pensemos por un momento en un desatascador de goma. Cuando lo accionamos en el fregadero, lo que se produce es un vacío. Ese vacío hace que los restos que atascaban la tubería suban hacia el aparato y magia: fregadero desatascado por acción del vacío. Ahora vamos a imaginar que el desatascador fuese metálico. No se produciría el vacío y no cumpliría con su función.
Si llevamos este razonamiento al sistema de funcionamiento del ascensor comprenderemos por qué es mejor el aluminio que el acero. Al ser más flexible, se ajusta mejor al tubo. De esta forma, hay menos fugas de aire y es más fácil hacer el vacío. Consecuencia: necesitamos menos esfuerzo para hacer el vacío. Además, como el vacío es más homogéneo, el movimiento será más suave y la sensación de subir o bajar, más agradable
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